Nosotros tenemos un Dios perdonador, él siempre
está dispuesto a perdonarnos y restaurarnos de cualquiera haya sido nuestro
pecado, aunque creamos que no tenemos perdón, nuestro Dios siempre está con
nosotros y dispuesto a perdonarnos, ya que él nos ama más de lo que nosotros
podamos imaginar.
Dios lo único que nos pide es que nos humillemos
delante de él, y que le confesemos todos nuestros pecados no importando la
grandeza de nuestros pecados, aunque ante los ojos de Dios todos los pecados
son iguales y ninguno es más grande que otro, nosotros somos los que hemos
tratado de categorizar la grandeza de los pecados cuando para Dios no es así,
lo que a Dios le interesa es que nos arrepintamos y se los confesemos a él que
es el único que nos puede perdonar todo pecado.
Y recordemos el
pasaje que encontramos en su palabra que nos dice: Si se humillare mi
pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y
se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y
perdonaré sus pecados. Y si Dios lo dice en
su palabra es porque así es…
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